La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) abogó ayer por reforzar la lucha contra el antisemitismo y otras formas de discriminación mediante la adopción de medidas concretas en los ámbitos penal y educativo. Representantes de los 55 países que integran la organización --Europa, EEUU, Canadá y Asia Central-- iniciaron ayer en Córdoba una conferencia de dos días para debatir el fenómeno de la intolerancia, que describieron como uno de los mayores retos que afronta la comunidad internacional.

La Declaración de Córdoba, que será aprobada hoy como conclusión del encuentro, contiene en el borrador un llamamiento a los gobiernos para que promuevan nuevas leyes y apliquen las ya existentes contra quienes fomenten el odio al distinto. También proclama que los acontecimientos políticos que tengan lugar en Israel o en cualquier otra parte de Oriente Próximo "nunca justifican el antisemitismo". Esta precisión, de hondo calado político, parte de la convicción de que existe un nuevo antisemitismo que canaliza el odio ancestral a los judíos bajo el disfraz de críticas a Israel por su actuación en Palestina.

TERRORISMO ISLAMISTA Al mismo tiempo, la OSCE señala que los vaivenes políticos tampoco justifican el rechazo a los musulmanes. Y pide, en concreto, evitar cualquier identificación de terrorismo y extremismo con cualquier religión o grupo étnico, en alusión implícita a la asociación que muchos hacen del terrorismo con el islam.

El ministro luxemburgués y presidente de turno de la UE, Jean Asselborn, expresó el compromiso de la Unión de "movilizar" a los gobiernos europeos para "luchar sin respiro" contra el "resurgimiento del antisemitismo". Resaltó, además, la voluntad de los Veinticinco de promover medidas "enérgicas" frente a toda forma de intolerancia.

Por su parte, el ministro español Miguel Angel Moratinos reclamó ayer, al inaugurar la conferencia, "medidas concretas y compromisos reales" para fomentar el respeto y la tolerancia, que "no florecen por generación espontánea". Moratinos lamentó que la memoria del Holocausto no baste para erradicar el antisemitismo y advirtió del "emergente" rechazo a los musulmanes, derivado en gran medida del fenómeno migratorio.