La OTAN acordó ayer enviar a Georgia una delegación del máximo nivel en un abierto desafío a Rusia, que ya considera excesiva la presencia de seis buques militares aliados en el mar Negro. La delegación estará compuesta por el propio Consejo Atlántico, el máximo órgano decisorio de la OTAN, formado por los embajadores de los 26 países aliados y el secretario general de la organización, Jaap de Hoop Scheffer.

La visita se producirá los próximos días 15 y 16 de septiembre con el objetivo de reunirse con el presidente georgiano, Mijail Saakashvili, y estudiar cómo puede ayudar la OTAN a la reconstrucción del país y de sus fuerzas armadas, así como el estrechamiento de los lazos entre Georgia y la Alianza Atlántica.

El gesto de la OTAN coincide con las nuevas promesas de respaldo estadounidense a los países del Cáucaso, formuladas ayer por el vicepresidente, Dick Cheney, de gira por la región. "EEUU tiene un profundo interés en la seguridad y el bienestar" de sus aliados en el Cáucaso, declaró Cheney en Bakú, la capital de Azerbaiyán, antes de dirigirse a Georgia.

AYUDA ESTADOUNIDENSE EEUU también anunció ayer una ayuda financiera de más de 1.000 millones de dólares (cerca de 700 millones de euros) a Georgia para su reconstrucción. Rusia, que sospecha que Estados Unidos está reequipando al Ejército georgiano, señaló que el respaldo masivo de Washington a Tiflis no favorece la estabilidad en la región y recordó que fue Saakashvili quien inició el conflicto con su asalto militar a la capital de Osetia del Sur.

El Parlamento Europeo, por su parte, condenó ayer con dureza "la inaceptable y desproporcionada acción militar de Rusia y su profunda incursión en el territorio de Georgia", y reclamó tanto a la Unión Europea como a la OTAN que utilicen "todos los medios posibles" para que el Gobierno ruso respete el derecho internacional. La resolución europea fue adoptada por 549 votos a favor, 68 en contra y 61 abstenciones.

SIN ALUDIR A SAAKASHVILI La Eurocámara centra su condena y sus críticas en Rusia, ocultando la responsabilidad del Gobierno de Georgia por haber desencadenado la guerra. El líder del grupo socialista, Martin Schulz, precisamente lamentó en el hemiciclo que no hubiera ninguna referencia en la resolución al "comportamiento agresivo" del presidente Saakashvili.