Cuatro mujeres y un niño murieron ayer en un ataque de las fuerzas de la OTAN en Afganistán. Los hechos ocurrieron en el centro del país, en la provincia de Ghazni, cuando soldados de la coalición, bajo mando estadounidense, abrieron fuego para repeler un ataque de un grupo talibán atrincherado en unos edificios del distrito de Giro, según dijo el coronel Rumi Nielson, portavoz de la OTAN.

Nielson aseguró que en el momento del ataque los cinco civiles se encontraban junto a los insurgentes y que su muerte se debió a "un error". Tras lamentar el fallecimiento de "los no combatientes", afirmó que la OTAN se dispone a "abrir una investigación" para esclarecer el caso. La muerte de civiles en el conflicto afgano es muy frecuente. El pasado mes de julio, dos ofensivas aéreas de la coalición acabaron con la vida de 64 personas, la mayoría mujeres y niños, en el este del país.

Para el presidente del país, Hamid Karzai, que ha pedido prudencia en sus acciones armadas a las fuerzas de la OTAN, el fallecimiento de civiles no hace más que alimentar el rechazo de la población a las tropas extranjeras.

Por otro lado, EEUU tiene previsto doblar el número de efectivos del Ejército de Afganistán en los próximos cinco años, informó ayer el diario The New York Times, citando fuentes del Pentágono. Según el rotativo, el secretario de Defensa de EEUU, Robert Gates, ha elaborado un plan que prevé aumentar el número de soldados hasta los 120.000. El plan costará 20.000 millones de dólares (unos 12.000 millones de euros).

MANDO UNIFICADO Gates estudia también unificar la estructura de mando de las tropas extranjeras en el país asiático. Las fuerzas de la OTAN, formadas por 45.000 soldados, operan básicamente en el sur del país, y las de EEUU en el este. David D. Mckiernan, actual jefe de la OTAN en Afganistán, dirigiría también ahora a los 19.000 militares de EEUU.