La OTAN prometió ayer revisar su actuación en Afganistán para evitar la repetición de nuevas matanzas de civiles durante las operaciones militares de EEUU o de la Fuerza Internacional de Asistencia de Seguridad (ISAF) contra los insurgentes talibanes. Pero el Consejo de Ministros de Defensa de la Alianza no indicó ningún cambio en su estrategia militar de ataques aéreos sobre las zonas donde se sospecha que actúan grupos talibanes, pese a que esos bombardeos son los principales responsables del alto número de muertos civiles afganos, en especial mujeres y niños.

España y otros aliados europeos criticaron durante la reunión el nivel inaceptable de muertes entre la población civil afgana a causa de las operaciones de la ISAF o de EEUU.

"RIESGO ESTRATEGICO" El ministro de Defensa español, José Antonio Alonso, pidió más "control político" de las operaciones en Afganistán en un documento presentado a la reunión. "El Consejo Atlántico debe ejercer el liderazgo político en esta operación", insistió, tras advertir que la acumulación de víctimas civiles "es un riesgo estratégico" porque puede conllevar la "pérdida de apoyo" de la población afgana en la fuerza internacional.

La OTAN se comprometió a "verificar que se adoptan todas las medidas necesarias para evitar que se produzcan víctimas entre la población civil".

Los ministros de Defensa aliados priorizaron también el entrenamiento del Ejército afgano. España prometió el envío de 52 oficiales para entrenar y formar a unos 1.000 soldados afganos en la zona de Herat, si el Congreso aprueba esa misión.

Nueve civiles afganos, entre ellos cinco niños, y un soldado holandés de la OTAN murieron ayer al hacer estallar un suicida un coche bomba en Tirin Kot, la capital de Oruzgán. Otro soldado de la OTAN falleció en la provincia de Paktika.