Las tropas de la OTAN se hicieron ayer con el control de la situación en Kosovo, tras dos días de disturbios, y no dudaron en utilizar la fuerza para restablecer el orden. En la conflictiva y dividida ciudad de Kosovska Mitrovica, donde el pasado miércoles comenzaron los incidentes, los soldados dieron muerte a un francotirador, cuya identidad no ha sido revelada, y llevaron a cabo redadas en varios edificios de viviendas habitadas mayoritariamente por albanokosovares.

Mientras otro contingente británico llegó ayer a la provincia, Alemania, Francia y Dinamarca ofrecieron también el envío de soldados adicionales, con lo que la Kfor (la fuerza multinacional bajo mando de la OTAN) recibirá más de 2.000 hombres de refuerzo. Alemania anunció que enviará 600 soldados, Francia 400 y Dinamarca 100.

El jefe del mando sur de la OTAN, el almirante Gregory Johnson, que el viernes viajó a Pristina, calificó de "limpieza étnica" lo sucedido.