La campaña parece consagrar la curiosa situación de un Tony Blair vencedor del que casi todos están hartos. Alabamos sus aspectos positivos, pero quizá tendemos a autoengañarnos y ennoblecemos la ambición y la tozudez como coraje y carisma. Sí, los conservadores son muy mala opción, comenzando por los efectos negativos que ejercerían sobre el vapuleado proceso de integración europea. Pero, ¿por qué tiene que ser Blair el protagonista absoluto? ¿Por qué no pasa el testigo a Gordon Brown o a otro laborista?

*Profesor de Historia.