Unas horas antes de que el candidato demócrata a la presidencia de EEUU, Barack Obama, llegara a Jerusalén en su gira por Oriente Próximo, la ciudad revivió el pánico desatado a principios de mes por un ataque palestino perpetrado con una excavadora. Casi en un calco de ese último atentado, que acabó con tres israelís, un obrero palestino condujo una excavadora por la céntrica calle Rey David y embistió cuatro coches y un autobús antes de morir abatido a balazos por un civil y un policía. Al menos 20 personas resultaron heridas, una de ellas de gravedad.

A escasos dos kilómetros de la calle Rey David, donde está el hotel donde se alojará Obama, un presidente israelí, Shimon Peres, recibía por primera vez en la historia a su homólogo palestino, Mahmud Abbás. Ambos condenaban el ataque.