Otros 140 presos iraquís salieron ayer por la mañana de la prisión de Abú Graib, con lo que asciende a más de 3.000 la cifra de prisioneros que Estados Unidos ha liberado desde marzo, cuando salió a la luz el escándalo de las torturas. La de ayer fue la sexta liberación masiva en los últimos tres meses.

En la capital iraquí, entre tanto, dos personas murieron en un atentado suicida contra un convoy de militares estadounidenses y policías iraquís. Los fallecidos son un guardaespaldas del ministro sin cartera Adnan Yanabi y un menor de tan solo seis años.

La violencia del país también se cobró la vida de la decana de la Facultad de Derecho de la ciudad de Mosul, Layla Abdalá. Según fuentes policiales, varios hombres armados entraron en su casa y la mataron, al igual que a su esposo. La decana había rechazado la escolta que le había ofrecido la policía.

La insurgencia iraquí ha atacado además el oleoducto que une los yacimientos de la zona de Biye (al norte) con la refinería de Al Dura, en la capital, que produce gas, queroseno y gasolina para el mercado local. El atentado ha obligado a cortar el suministro de crudo.