Llegó el secretario de Defensa de EEUU, Donald Rumsfeld, a Irak para impartir arengas a manos llenas y mostrarse orgulloso de que "un gran número de personas inteligentes y vitales" hayan sido liberadas del "yugo" de Sadam Husein. Mientras Rumsfeld quería y se dejaba querer por los soldados en los aeropuertos de Basora y Bagdad, al menos tres de estos iraquís vitales, inteligentes y liberados, por usar las palabras del jefe del Pentágono, murieron abatidos por soldados estadounidenses en una manifestación en la localidad de Faluya, en el segundo suceso de este tipo en tres días.

Lo de Faluya empieza a ser significativo de que, a pesar de Rumsfeld, una ocupación es una ocupación. Según testigos, miles de personas se manifestaron de nuevo en la localidad --situada a unos 50 kilómetros al oeste de Bagdad-- para protestar por la muerte el lunes de 13 personas en otra protesta similar.

NIÑOS CON PIEDRAS

"Era una manifestación pacífica. Nadie ha disparado a los soldados", declaró un testigo, quien añadió que los militares --que estaban en coches todoterreno y blindados con metralletas-- abrieron fuego cuando algunos niños entre la multitud empezaron a lanzarles piedras y zapatos.

Igual que el lunes, los portavoces estadounidenses respondieron que sus vehículos fueron atacados con armas de fuego, por lo que los soldados no tuvieron más remedio que defenderse. Yamal Shaquir Mahmud, el imán de la mezquita de Faluya, declaró que la población sólo quiere que los estadounidenses se replieguen a las afueras de la localidad o, al menos, que reduzcan su presencia. Los líderes religiosos sunís del lugar temen que la situación estalle si los militares no se retiran.

Esta no parece la intención de EEUU, a pesar de que la situación --caos, desgobierno, muertes de civiles-- se va deteriorando poco a poco. Rumsfeld informó ayer al gobernador militar de Irak, el general Jay Garner, de que en 15 días entre 3.000 y 4.000 soldados más se unirán a los 12.000 que ya se encuentran en Bagdad.

En la última etapa de su gira por el Golfo, Rumsfeld viajó desde Basora a Bagdad en un avión NC-130 de los que usan las fuerzas especiales para misiones de ataque, grabó un mensaje que será emitido por televisión y radio a los iraquís en un palacio de Sadam y se reunió con Garner.

En la grabación, Rumsfeld insistió en que "Irak pertenece a los iraquís" y que las tropas se quedarán sólo el "tiempo imprescindible para asegurarse de que Irak tendrá un Gobierno democrático". El político estadounidense también pidió ayuda a los iraquís para acabar con las bolsas de resistencia de partidarios de Sadam y de luchadores árabes.

Más en su salsa se encontró el jefe del Pentágono en sus arengas a los militares en los aeropuertos de Basora y Bagdad. "Habéis alcanzado Bagdad en lo que yo creo que es la marcha militar más corta de la historia moderna", dijo un aclamado Rumsfeld. "Habéis venido no para ocupar, sino para liberar, y los iraquís lo saben. Cuando llegasteis a Bagdad mucha gente salió a la calle para saludaros, después tiraron las estatuas de Sadam y celebraron la nueva libertad", gritó un Rumsfeld que olvidó los saqueos.

CARTA DE SADAM

El diario árabe Al Quds al Arabi , editado en Londres, aseguró ayer haber recibido una carta firmada por Sadam Husein, en la que el dictador insta a los iraquís a resistir frente a los invasores. La misiva está fechada el 28 de abril, el día de su cumpleaños. El director del diario cree que la carta "es auténtica".