El Partido Socialdemócrata alemán (SPD) parece empezar a recibir el castigo por tender de nuevo la mano a la cancillera Angela Merkel. Después de que este domingo la formación presidida por Martin Schulz aprobase con tan solo el 56% de los votos negociar otro gobierno de Gran Coalición con la conservadora Unión Demócrata Cristiana (CDU) su intención de voto ha caído al 17%, su registro mínimo histórico.

Este domingo el partido socialdemócrata más antiguo de Europa escenificó una profunda división interna. A pesar de que la directiva obtuvo una victoria importante para abrir las negociaciones y establecer un programa de gobierno junto a los conservadores, el gesto dejo una herida abierta. Un 44% de los delegados, de las juventudes y el ala izquierdista, se opusieron a repetir una fórmula que consideran “más de lo mismo”, con lo que se teme una posible fuga de voto a otros partidos.

Las dos últimas encuestas publicadas en Alemania apuntan en esa dirección. Los Verdes y la izquierda (Die Linke) capitalizarían ese voto progresista, aumentando su intención del voto hasta el 12% y el 11%, respectivamente. Pero quien más beneficiado podría verse es la ultranacionalista e islamófoba Alternativa para Alemania (AfD). Además de situarse como principal partido de la oposición, otra Gran Coalición podría relanzar al partido ultraderechista hasta el 14% de los votos.