La representante de Unicef en el Chad, Mariam Coulibaly Ndiaye, aseguró hoy en Ginebra que la mayoría de los padres que entregaron a sus hijos a la ONG francesa Arca de Zoé pensaba que los niños irían a una escuela en su país. "La mayoría de los padres con los que hemos podido hablar nos dijeron que los representantes del Arca de Zoé les dijeron que iban a llevar a los niños a una escuela situada en el mismo Chad y que podrían ir a verlos periódicamente", aseguró Coulibaly Ndiaye en una rueda de prensa.

La funcionaria de Unicef explicó que hay gran disparidad de casos. "A veces los miembros de la ONG hablaron directamente con los padres, con los dos o con uno, a veces con los jefes del pueblo, y a todos les decían que los pequeños irían a una escuela en el este del país, donde cuidarían de ellos, tanto en alimentación como en salud". Coulibaly Ndiaye explicó que algunos de los niños mayores tomaron la decisión ellos mismos al ser engañados con caramelos y con un futuro prometedor.

La funcionaria precisó que los 82 niños y las 21 niñas cuyas edades oscilan entre los seis meses y los diez años provenían de pueblos "y no de campos de refugiados". Unicef cree que los menores provenían de una quincena de pueblos situados alrededor de la localidad de Adré, al este del país, y fueron reclutados durante un periodo de por lo menos un mes. "Algunos de los niños nos dijeron que cuando llegamos llevaban en el lugar unos cuatro o cinco días, pero otros aseguraron llevar más de cinco semanas", afirmó Coulibaly Ndiaye.

Por ahora el proceso de identificación de los familiares de los 103 niños que iban a ser trasladados ilegalmente a Francia prosigue y durará por lo menos diez días más, dado que la quincena de pueblos de donde supuestamente proceden se encuentran situados en un perímetro de unos 200 kilómetros, pero de muy difícil acceso. Sobre el terreno hay nueve funcionarios divididos en tres equipos que se dedican a entrevistar a los supuestos familiares para determinar las filiaciones con precisión.

Hasta la fecha, los funcionarios de Unicef han recibido a unos 87 adultos que afirman ser los padres de algunos de los niños, "pero algunos dicen ser progenitores de más de uno, otros que son representantes de sus vecinos y afirman querer llevarse a casa más de diez, debemos hacer el proceso con mucha prudencia", explicó la funcionaria maliense. Según Coulibaly Ndiaye, todos los niños que pueden expresarse afirman tener a uno o a los dos progenitores vivos.

"Por supuesto los que no hablan no lo sabemos y después hay que ver si lo que los niños llaman padres son realmente sus progenitores", especificó. "Algunos niños se lanzaron a los brazos de algunos adultos, pero un par también se lanzaron sobre mí al verme llegar, con lo que tenemos que tener sumo cuidado", agregó. Coulibaly Ndiaye aceptó que la situación causada con el Arca de Zoé se dio porque "hay fallos de funcionamiento".

Por ello aseguró que para evitar situaciones como la vivida con esa ONG -sobre cuyo comportamiento no quiso opinar por haber una investigación judicial abierta- el Ejecutivo chadiano debería implementar dos acciones. "Se tendría que crear una base de datos sobre las organizaciones no gubernamentales que trabajan realmente con niños y, sobre todo, hacer periódicamente visitas sorpresa sobre el terreno, para controlar su tarea".

Coulibaly Ndiaye también explicó que Unicef se encuentra en negociaciones con el Gobierno español para cerrar un acuerdo de cooperación para ayudar a los niños del este del país, que son entre 400.000 y 450.000.