Los líderes de los países en desarrollo reclamaron ayer en la población francesa de Evian a los países ricos que levanten sus barreras proteccionistas y abran más sus mercados a los productos de los países pobres. Por primera vez, a iniciativa del presidente francés, Jacques Chirac, una representación de los países en desarrollo participó en la cumbre anual del exclusivo Grupo de los Ocho (EEUU, Alemania, Japón, Francia, Italia, Gran Bretaña, Canadá y Rusia).

"Hacemos un enorme esfuerzo y sacrificio para conquistar la competitividad. ¿Pero cómo podemos competir con subsidios billonarios y otros mecanismos de protección que crean una verdadera exclusión comercial?", criticó el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.

Lula también reclamó un acceso a los medicamentos para los países pobres, más ayuda al desarrollo y la creación de un fondo mundial contra el hambre, financiado con una tasa sobre el comercio internacional de armas o con un porcentaje de los intereses de los países ricos a los pobres por sus préstamos.

Además de Brasil, participaron en el encuentro los líderes de China, India, Malasia, México, Arabia Saudí, Suráfrica, Egipto, Argelia, Nigeria y Senegal. El rey de Marruecos declinó finalmente su participación oficialmente por "problemas de agenda".

LAS RESPONSABILIDADES

Los países ricos "tienen la responsabilidad de abrir más sus mercados, suprimir las barreras comerciales y cumplir efectivamente sus compromisos de ayuda financiera y técnica y de reducción de la deuda", insistió el presidente chino, Hu Jintao.

El secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, respaldó esas reivindicaciones. "Estos países, insistió Annan, aplican los preceptos políticos que vosotros, países del G-8, habéis enunciado. Sus esfuerzos merecen vuestro apoyo, porque la mayor parte no lo lograrán solos".

Annan recordó a los líderes del G-8 que desde el año pasado "ha aumentado la proporción de personas que viven en la miseria en América Latina, en el Africa Subsahariana, en la Europa central y oriental y en el territorio de la antigua Unión Soviética".

El presidente francés aseguró que la cumbre del G-8 tendrá en cuenta los problemas y las dificultades planteadas por los países en desarrollo, en especial con un renovado apoyo a Africa.

Chirac expresó un respaldo global a las propuestas de Lula, porque "van en la buena dirección", pero se mostró evasivo sobre los subsidios agrícolas y sobre cómo financiar el fondo mundial para el hambre. Chirac se declaró "favorable a examinar" la posibilidad de financiar ese fondo con un impuesto sobre las ventas de armas, como planteó Lula. "No me parece que sea una idea injustificable", señaló, aunque insistió que todos esos mecanismos de financiación "deben examinarse en detalle".