Tras varios meses de intensa preparación, el Ejército de Pakistán lanzó ayer una vasta operación militar contra el principal refugio y centro de operaciones de los talibanes en el país, la región tribal de Waziristan del Sur (noroeste), que linda con Afganistán. En el ataque, iniciado de madrugada, participan unos 30.000 hombres, apoyados por aviones y helicópteros de combate, además de artillería.

El objetivo de la operación militar es "limpiar la zona de terroristas", según dijo ayer el portavoz del Ejército paquistaní, Atar Abbás, quien aseguró que los talibanes "se han adueñado" de la zona y "han tomado a la población como rehenes". Fuentes del Ministerio de Defensa dijeron que las tropas avanzan por tres frentes distintos y que esperan haber cumplido la misión antes de que empiece el invierno, es decir, en unos dos meses.

La región, que acogió a los talibanes afganos tras la caída de Kabul en manos de la coalición internacional en el 2001 y los combatientes extranjeros de Al Qaeda, es muy abrupta y montañosa, lo que dificulta el movimiento de los soldados y el uso de artillería y carros de combate. Las autoridades de Islamabad calculan que en sus montañas hay más de 10.000 combatientes talibanes, tanto afganos como paquistanís, además de seguidores del terrorista saudí Osama bin Laden.

TOQUE DE QUEDA De momento, y según fuentes militares paquistanís, han muerto en los combates cuatro soldados y otros doce han resultado heridos. El Ejército ha impuesto el toque de queda en las carreteras de la región. Además, se han interrumpido gran parte de la comunicaciones después de que los talibanes destruyeran la torre de telecomunicaciones de Tiarza.

La ofensiva terrestre que arrancó ayer empezó a fraguarse el pasado mes de junio. Durante todos estos meses, el Ejército paquistaní ha llevado a cabo incursiones aéreas en la zona. También han intervenido aviones no tripulados de Estados Unidos que han volado a Waziristán del Sur desde sus bases aéreas en la vecina Afganistán.

En uno de estos ataques, registrado el pasado mes de agosto, murió uno de los principales dirigentes de la insurgencia talibán paquistaní, Baitulá Mehsud, quien estaba al frente del grupo Tehrik-e-Talibán de Pakistán (TTP), formado por miembros de la tribu Mehsud. Le sustituyó al mando del movimiento armado Hakimulá Mehsud.

El Gobierno de Pakistán atribuye a este grupo gran parte de los atentados que se han registrado estas últimas dos semanas en diferentes ciudades del país asiático y que han provocado la muerte de 185 personas. Uno de los últimos fue el ataque que un comando de extremistas llevó a cabo contra el cuartel general del Ejército, situado en la ciudad de Rawalpindi, vecina de Islamabad. La ola de atentados ha creado inquietud en la comunidad internacional, que teme que se extienda la inestabilidad en el único país musulmán dotado con armamento nuclear.

MILES DE REFUGIADOS Organizaciones de ayuda humanitaria han advertido sobre el alud de refugiados que esperan que se produzca durante la ofensiva contra Waziristan del Sur. Desde el momento en que se registraron los primeros bombardeos, más de 100.000 personas ya han huido de la región, de un total de 600.000 habitantes.

En la precedente ofensiva militar que el Ejército paquistaní lanzó el pasado mes de abril contra los talibanes en el valle de Swat, el número de refugiados superó los dos millones. La ONU calificó entonces aquella situación de "catástrofe".