Las conversaciones entre las 13 facciones palestinas que negocian un alto el fuego con Israel empezaron ayer en El Cairo, capital de Egipto, en medio de un gran hermetismo. El primer ministro palestino Ahmed Qurei se unirá a las negociaciones el sábado, el último día del encuentro.

En la cumbre participan los principales movimientos de resistencia como la Yihad Islámica, Hamas o Al Fatah, el partido gubernamental del presidente palestino, Yasir Arafat. Los representantes palestinos se reunieron bajo el patrocinio del general Omar Suleimán, jefe de los servicios secretos egipcios, responsable también de la negociación de la primera hubna (tregua) islámica.

LAS CRITICAS Los palestinos quieren aprovechar la oleada de críticas contra Israel, entre ellas las de su aliado estadounidense, para forzar una tregua en mejores condiciones que la sellada el pasado 29 de junio. El ministro de Exteriores egipcio, Ahmed Maher, aseguró: "Existen posibilidades de lograr el alto el fuego si hay reciprocidad por parte de Israel". Sin embargo, tanto Hamas como la Yihad Islámica se oponen a parar sus agresiones contra civiles israelís, si Israel no acepta un alto el fuego y un paquete de condiciones.

FUERTE PRESION Pero ambas organizaciones se encuentran bajo una gran presión ejercida por facciones menos relevantes, Egipto y el propio rais palestino, que les exigen la firma de la tregua. Según algunas fuentes, los delegados palestinos pueden abordar dos tipos de tregua. La primera de ellas establecer el fin de los ataques contra civiles israelís dentro de Israel. La segunda prevé un alto el fuego más amplio, y exigiría también al Ejecutivo de Sharon la retirada de las ciudades cisjordanas reocupadas, el fin de la construcción de asentamientos y el muro de separación.

Un alto funcionario del Ministerio de Defensa israelí aseguró ayer que, pese a aceptar una tregua, Israel retomará sus operaciones militares en Cisjordania y Gaza "si vuelven a reproducirse los ataques contra civiles".