Benedicto XVI confirmó ayer en sus cargos a los responsables del Gobierno de la Iglesia y el Estado vaticano, designados todos por su predecesor, algo que forma parte de la tradición.

De acuerdo con la precisión canónica vaticana, el Pontífice nombró secretario de Estado a Angelo Sodano, de 77 años, y confirmó a los cardenales y arzobispos que forman la curia y dirigen los dicasterios mediante la fórmula donec aliter provideatur (hasta otra decisión). Asimismo, mantuvo en sus puestos al sustituto de la Secretaría de Estado, Leonardo Sandri, de 70 años, y al secretario para las Relaciones con los Estados, Giovanni Lajolo, de 70 años.

Desde tiempos de Pablo VI, el papa nombra a los miembros de la curia para periodos de cinco años, aunque mantiene la potestad de relevarlos antes de que se cumpla este plazo. A la muerte del pontífice, todos los cargos quedan en funciones y decae el nombramiento del secretario de Estado al pasar al cardenal camarlengo, ahora el español Eduardo Martínez Somalo, la gestión de los asuntos ordinarios de la Iglesia.

PUÑO DE HIERRO Una de las grandes decisiones que debe tomar el Papa alemán ha quedado para más adelante: el nombramiento de su sucesor al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que él dirigió con puño de hierro desde 1981. El último nombre que se baraja es el del cardenal Tarcisio Bertone, de 70 años, arzobispo de Génova, que fue secretario de la congregación de 1995 al 2002. Junto a él suena el de Christoph Schönborn, de 60 años, arzobispo de Viena, y de perfil más suave que Bertone, considerado un duro.

El nombramiento puede aplazarse hasta la previsible remodelación de la estructura de la curia, que Juan Pablo II no abordó, y el retiro de los purpurados que superan los 75 años. La renovación puede incluir la creación de departamentos específicos dedicados a algunos de los aspectos que Benedicto XVI mencionó en el discurso en latín que el miércoles dirigió a los cardenales en la Capilla Sixtina, como el diálogo con las otras religiones y la juventud, aunque no han de tener necesariamente rango ministerial .

UNO DE LOS CUARENTA Se da por seguro que la reestructuración de la curia incluirá la sustitución de Angelo Sodano por un cardenal con quien Benedicto XVI sintonice mejor. El nombre más citado es el de Giovanni Battista Re, de 71 años, prefecto de la Congregación para los Obispos, que en el cónclave seguramente formó parte del grupo de 40 electores que apoyaron a Ratzinger en la primera votación.