A través del secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone, Benedicto XVI lamentó ayer la muerte de la monja Leonella Sgorbati --asesinada el domingo en Somalia-- y expresó su deseo de que "la sangre derramada" por la religiosa pueda convertirse en una "semilla de fraternidad entre los pueblos y respeto de las convicciones religiosas de cada uno". Bertone envió un telegrama de pésame a la congregación de la monja y subrayó que el Pontífice "deplora toda forma de violencia".

En el mundo islámico siguieron las reacciones al discurso del Papa. El imán de la mezquita de Al Azhar (El Cairo), Mohamed Sayed Tantaui, apeló al diálogo, y el gran mufti de Jerusalén, Mohamed Husein, señaló que las disculpas de Benedicto XVI "son insuficientes". En la misma línea se expresó el Parlamento iraquí".