El viceprimer ministro John Prescott se halla en una situación insostenible. Sin responsabilidades, pero aún en el puesto, la prensa y la oposición se preguntan para qué sirve. "John Prescott pierde su ministerio, pero conserva los privilegios, incluido el coche, su salario y dos domicilios pagados por los contribuyentes", declaró el conservador George Osborne. Según The Times, Prescott cuesta al país más de un millón al año.