Francia y Alemania, con el respaldo de Bélgica, Holanda y Luxemburgo, bloquearon ayer en la OTAN la petición norteamericana de comenzar a planificar la eventual cooperación militar de la Alianza Atlántica en una guerra contra Irak, según confirmaron a este diario fuentes oficiales. El secretario general de la OTAN, George Robertson, propuso al Consejo Atlántico que encargara a las autoridades militares aliadas la planificación de las medidas de apoyo solicitadas la semana pasada por Estados Unidos para el caso de un ataque.

Estas medidas incluyen la utilización de los aviones de vigilancia electrónica AWACS, de los buques de patrulla, de los sistemas de planificación militar de la OTAN y de las bases aliadas, el reavituallamiento en vuelo, la cobertura aérea de tropas sobre el terreno y la protección de Turquía frente a un contrataque iraquí. El embajador norteamericano en la OTAN urgió con firmeza a los aliados a iniciar de inmediato esa planificación, según explicaron fuentes diplomáticas.

ESPAÑA APOYA EL DESPLIEGUE

Sin embargo, los Gobiernos de Francia y Alemania se opusieron con firmeza a iniciar la planificación del ataque, con el argumento de que esa medida constituye una preparación bélica que perjudica los esfuerzos que está realizando la ONU para resolver pacíficamente la crisis. Ambos países, que obtuvieron el respaldo del Benelux, rechazaron que la Alianza adopte cualquier decisión al respecto hasta que se pronuncie el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Por el contrario, España, Gran Bretaña, Polonia, Hungría, la República Checa e Italia apoyaron el inicio de la planificación de esa eventual cooperación, como querían EEUU y Robertson. España argumentó que esa preparación reforzará la presión diplomática internacional sobre el régimen de Sadam Husein.

"El único marco para una solución legítima es el de la ONU. Francia y Alemania, miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, realizan una concertación estrecha y ejemplar para dar todas las oportunidades a la paz", declaró ayer en Versalles, cerca de París, el presidente francés, Jacques Chirac. "La guerra no es inevitable", lanzó el mandatario, que recogió una salva de aplausos de los 900 diputados franceses y alemanes reunidos para celebrar el 40º aniversario del Tratado del Elíseo.

También en este acto, el canciller alemán, Gerhard Schröder, instó a los cuatro países europeos presentes en el Consejo de Seguridad de la ONU (Francia y Gran Bretaña, como miembros permanentes, y Alemania y España, como no permanentes) a asumir de forma conjunta "sus responsabilidades hacia la paz y la seguridad internacional".

Por otra parte, un iraquí propietario de una granja anunció ayer que trata de interponer una querella contra los inspectores de desarme de las Naciones Unidas, a los que acusó de destruir un muro en su propiedad. El granjero exige reparaciones materiales y morales. Un imán calificó también de "provocación" la inspección llevada a cabo en una mezquita de Bagdad.