De guerrillero a jefe de Estado, y el primero no árabe de Irak. El kurdo Jalal Talabani fue elegido ayer por la Asamblea Nacional presidente de Irak, un cargo que tiene una relevancia más honorífica que poder real. La designación del líder de la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK) es un éxito político para la comunidad kurda, cruelmente reprimida por el régimen anterior. Según dijeron ayer las autoridades, el dictador Sadam Husein presenció la elección de Talabani desde su celda a través de un televisor, al igual que 11 de sus lugartenientes, algunos de ellos acusados de masacrar a miles de civiles kurdos en la década de los años 80.

La elección de Talabani no fue ninguna sorpresa. De hecho, su designación ya se sabía desde hacía semanas, ya que forma parte del reparto de poder negociado entre la alianza shií, mayoritaria en el Parlamento, y la coalición kurda, segunda fuerza más votada en las elecciones del 30 de enero. El pacto contemplaba también el reparto de las dos vicepresidencias: una de ellas la ocupará el ya exministro de Finanzas, el shií Adel Abdel Mahdi, y la otra, el suní Ghazi al Yauar, que hasta ahora ocupaba la jefatura del Estado. Los tres forman parte del llamado Consejo Presidencial.

Tras conocerse el resultado de la votación, Talabani, de 72 años, dijo que su designación significa que "todos los iraquís son iguales ante la ley". El líder kurdo remarcó la necesidad de "completar la creación de las fuerzas de seguridad" del país para que las tropas extranjeras puedan "volver a casa". Para ello, pidió a los países vecinos que colaboren y redoblen sus esfuerzos para evitar la entrada de terroristas en Irak. En un gesto a los iraquís que se han sumado a los rebeldes, Talabani dijo que "son hermanos con los que se puede hablar y alcanzar una solución".

Está previsto que los tres juren hoy sus cargos y que designen a Ibrahim al Jafari, máximo dirigente del partido shií Dawa, como primer ministro, el verdadero hombre fuerte del nuevo Irak. La gran incógnita ahora es conocer cuál será la composición del nuevo Ejecutivo.

DISPUTA SOBRE KIRKUK Para ello habrá que esperar a que shiís y kurdos se pongan de acuerdo sobre quién ocupará el estratégico Ministerio del Petróleo, que ambos se disputan, así como el futuro de la rica ciudad petrolífera de Kirkuk.

La elección de Talabani supone un paso adelante en la tortuosa transición política iraquí de la era post-Sadam. "Sadam debe entender que su tiempo ya ha acabado, que en el nuevo Irak la gente es elegida y que nunca más volverá al poder con un golpe de Estado", dijo ayer el ministro de Derechos Humanos iraquí, Bajtiar Amin.