El Parlamento francés sepultó ayer definitivamente el Contrato de Primer Empleo (CPE) para los jóvenes, detonante de una prolongada crisis social y política que ha debilitado al jefe del Gobierno conservador, Dominique de Villepin, y a su mentor, el presidente Jacques Chirac.

El acta de defunción del CPE quedó sellada con la adopción, por el Senado, de la proposición de ley que lo reemplaza con medidas subvencionadas por el Estado a favor de la inserción de jóvenes con dificultades para entrar en el mercado laboral.

El texto sobre "el acceso de los jóvenes a la vida activa en la empresa" que había sido adoptado la víspera por los diputados fue aprobado por el Senado tras horas de debate marcado por fuertes críticas de la izquierda y la centroliberal UDF contra Villepin.

El texto reemplaza el artículo 8 que creó el CPE en la ley de igualdad de oportunidades, respuesta del Gobierno a la oleada de violencias en los barrios conflictivos del país el pasado otoño.

Los estudiantes en Francia se echaron a la calle ante la controvertida ley del ministro Villepin, que finalmente se ha visto obligado a una rectificación.