Una, dos, hasta tres cartas están circulando entre los diputados laboristas británicos, pidiendo la dimisión de su líder y primer ministro, Tony Blair. En el poder desde 1997 y habiendo prometido que no se presentará en las próximas elecciones, previstas para mayo del 2010, la presión para sacar a Blair de Downing Street se ha redoblado tras las vacaciones estivales. Una de las misivas estaría firmada, según la BBC, por al menos 17 diputados elegidos en el 2001, considerados hasta ahora como un grupo de fieles al primer ministro.

En la carta, de carácter privado, firmada por los blairistas Chris Brown y Sion Simon, se pide al primer ministro que se marche y organice una transición constructiva con su presumible sucesor, el actual ministro de Finanzas, Gordon Brown. Otro grupo de diputados, elegidos en los comicios generales del pasado año, también habría suscrito una misiva similar.

CITA ANUAL La lealtad se resquebraja en el partido de la rosa roja, a solo tres semanas de su congreso anual. Blair ha advertido de que no aprovechará esa cita para anunciar el momento de su partida, una negativa que solo ha contribuido a exacerbar los ánimos. La rebelión es tan imparable que podría obligar al jefe del Ejecutivo a reconsiderar su delicada situación y hacer algún anuncio en próximos días.

Los sondeos, que dan como favoritos a los conservadores, con una ventaja de entre 4 y 7 puntos, han hecho que cunda el nerviosismo entre los que temen perder la silla en el Gobierno o el escaño en la Cámara de los Comunes. La terquedad de Blair, según los analistas, estaría poniendo en peligro las posibilidades de su partido en las elecciones locales de primavera, que pueden acabar en una debacle.

Las lenguas se van desatando y, por primera vez, un alto cargo del Ejecutivo, el responsable de Medio Ambiente, David Miliband, habló ayer de plazos, indicando que "lo razonable" sería que la salida de Blair se produzca "en los próximos 12 meses". Miliband aclaró, sin embargo, que no había sido el primer ministro quien le había confiado los datos de su calendario de partida. En medio de este ambiente de rumores, el diario Daily Mirror , tradicional simpatizante laborista, publicó un documento confidencial con detalles sobre los preparativos de la "triunfal despedida" de Blair. De momento, su adiós va precedido de polémicos planes. Blair anunció ayer que el Gobierno británico se dispone a luchar contra la delincuencia y la exclusión social, vigilando a los ciudadanos potencialmente conflictivos desde la más tierna infancia.