Puede que le queden pocas horas de vida como mandatario, que acabe siendo engullido por el torrente revolucionario que está arrasando estos días a la élite política que ha gobernado Túnez durante el último cuarto de siglo. Con el rostro compungido, momentos antes de que la Agrupación Constitucional Democrática (RCD), el partido del expresidente Ben Alí, anunciara la disolución de su comité central, su secretario general, Mohamed el Gariani, recibió a este periodista y a la enviada especial de un diario británico para anunciar que su denostada formación política estaba dispuesta a "jugar un papel junto con los otros partidos" en pie de igualdad en el Túnez surgido tras la revolución del jazmín, a "modificar sus estatutos" e incluso "a cambiar de nombre".

Poco después, a los pies de su lujoso despacho, un millar de manifestantes se congregaron exigiendo la disolución de la formación política que en la práctica, aunque con diferentes nombres, ha gobernado el país desde la independencia.

DIMISIONES EN TROMBA Conscientes de que hoy, en Túnez, ser militante del RCD no solo equivale a un suicidio político, sino que incluso puede motivar pesquisas judiciales debido a las irregularidades cometidas, varios miembros del comité central dimitieron en tromba, lo que forzó ayer a su disolución, dejando al secretario general, Mohamed El Gariani, solo al frente de los asuntos corrientes.

Recordando que el presidente Ben Alí se había convertido en militante "solo después de haber controlado el aparato del Estado", el aún máximo dirigente del RCD se lamentó de que el partido "haya sido utilizado como aparato electoral" por el exjefe del Estado y no haya tenido "la posibilidad de vivir de forma independiente". "Hay que aceptar las nuevas reglas de juego", explicó, en tono conciliador.

El futuro no parece demasiado halagüeño para el expartido gubernamental tunecino. Ayer, en su lujosa sede, sita en un emblemático rascacielos del barrio de negocios de la capital, reinaba una atmósfera de fin de reinado. Por la tarde, el Gobierno provisional, integrado por exerrecedistas, anunció que el Estado tomaría posesión de "todos los bienes inmobiliarios" del RCD.

Otra de las decisiones del Ejecutivo interino ayer fue la adopción del proyecto de amnistía general, que posibilitará el regreso al país de los islamistas de En Nahda, con su líder, Rachid Ganuchi, a la cabeza.