Algunos holandeses expresaron su protesta en un voto para la izquierda más radical, otros optaron por la extrema derecha. Pero hubo miles que escogieron una tercera vía, una que aportará la nota de color al nuevo Parlamento holandés: el Partido para los Animales, hasta ahora más bien anecdótico, se debatía ayer entre dos y tres escaños.

El primer punto del programa del partido, cuyo logo es el dibujo de una vaca frisona --sus miembros son todos humanos--, no deja dudas sobre sus intenciones: "Hay que erradicar el sufrimiento de los animales. Solo un Partido para los Animales fuerte, que haga del bienestar de los animales su punto principal, puede colocar el tema continuamente en la agenda política".