El movimiento integrista Hamas ha aceptado la tregua auspiciada por el Cuarteto, conducta que seguirán los demás grupos armados palestinos, Yihad Islámica y las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa. Condición necesaria, pero no suficiente, para crear un clima de confianza.

Ahora es el turno de Israel. A la suspensión de las acciones terroristas palestinas, debe responder el cese del terrorismo de Estado de Israel. No más asesinatos selectivos, ni muertes por "error", ni demoliciones de viviendas, y el Ejército israelí debe reintegrar a la Autoridad Palestina los territorios que ya administraba. Y, consecuentemente, los trabajadores palestinos deberán ser autorizados para entrar en Israel.

Son muchas condiciones para una tregua muy precaria. La paz es un bien tan frágil que su preservación no puede continuar por más tiempo en manos de israelís y palestinos. Urge la instalación de una fuerza internacional de interposición. La paz en Oriente Próximo incumbe a toda la comunidad internacional.