El Gobierno chino ha confirmado esta mañana la ejecución, por inyección letal, del ciudadano británico Akmal Shaikh, de 50 años, que estaba condenado a muerte por traficar con drogas.

Shaikh ha sido ejecutado, como estaba previsto, después de que el Tribunal Supremo del país asiático se negase a frenar un castigo criticado tanto por la familia del reo como por el Gobierno de Reino Unido.

Horas antes que el Gobierno Chino, el Ministerio de Asuntos Exteriores británico ha confirmado de madrugada la ejecución de Shaikh, sentenciado por tráfico de drogas, según informó la BBC.

PRIMER CASO EN 60 AÑOS

El premier Gordon Brown condenó la semana pasada "en los términos más rotundos" la inminente ejecución y desde su Ejecutivo se mantuvieron negociaciones de última hora con representantes de Pekín para evitar la muerte de Shaikh.

Es el primer ciudadano de la Unión Europea ejecutado en el país asiático en 60 años. Su equipo de defensa y su familia aseguraban que sufría un trastorno bipolar y que no sabía lo que estaba haciendo. Además, afirmaron que fue engañado por una banda criminal, que metió la heroína en una maleta que no le pertenecía.