Hay hombres dispuestos a desafiar una y otra vez la maldición que les persigue. Y, en la política israelí, nadie representa mejor esta figura que Shimon Peres, el "eterno perdedor", como le conocen en el país, tras haber perdido todas las elecciones a las que se ha presentado en seis décadas de servicio público. A sus 83 años, el hoy viceprimer ministro y diputado del partido gobernante Kadima, anunció ayer su candidatura a la presidencia de Israel, consciente de que "quizá" esta sea su "última contribución al Estado".

La candidatura de Peres está respaldada por el jefe del Gobierno, Ehud Olmert, que aseguró que todo su partido agotará "todas las fuerzas para garantizar que el Parlamento apruebe este reto".