Abu Hamza. A Abu Hamza, las heridas de guerra le dan un aspecto siniestro e irreal. Tuerto y con dos garfios, en sustitución de las manos perdidas luchando en Afganistán, este imán encarna el rostro del integrismo en el Reino Unido. Acusado de ser el enlace de Osama bin Laden en Occidente, de liderar la organización Los defensores de la Sharia y de mandar a uno de sus hijos a luchar en Yemen, el Gobierno británico congeló sus cuentas bancarias y confiscó su pasaporte después de los atentados del 11 de septiembre. Después de estudiar en Egipto, llegó a Gran Bretaña buscando una vida mejor: pagaba sus estudios trabajando en los clubs nocturnos del Soho, donde tenía fama de bebedor. En 1984 se casó con una británica de la que se divorció seis años más tarde. Fue entonces cuando volvió a Egipto, cambió su nombre y se transformó en un devoto seguidor del islam. Se fue a Pakistán y Afganistán. En 1996 reapareció como predicador de la mezquita de Finsbury Park.