Sergio Vieira de Mello. Sergio Vieria de Mello llegó a Bagdad el pasado 2 de junio y no pensaba permanecer en su puesto de representante especial de la ONU más de cuatro meses. Por eso decidió conservar también su cargo de Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos al que quería reincorporarse plenamente.

Brasileño afable, de 55 años, Vieria dedicó toda su carrera a la organización internacional, desde sus inicios, en 1969, en el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados. Participó en numerosas misiones de mediación y en la reconstrucción de países tras los conflictos. Su experiencia más reciente en este campo fue como Administrador de Timor Oriental, función que antes desempeñó en Kosovo.

En 1994, en plena guerra de Bosnia, fue responsable de Asuntos Civiles de Unprofor (las fuerzas de la ONU desplegadas en el país) y en 1996 fue nombrado coordinador de las operaciones humanitarias en la región de los Grandes Lagos. A su llegada a Bagdad, se ganó rápidamente el respeto del administrador de EEUU, Paul Bremer, pese a las tensiones entre Washington y la secretaría general de la ONU.