El periodista británico Alan Johnston, corresponsal de la emisora BBC en Gaza donde fue secuestrado el 12 de marzo, afirma, en una grabación difundida en una página islámica en internet, que recibe un buen trato y reclama el fin del embargo al Gobierno palestino. En la grabación, que también fue remitida por el autodenominado Ejército del Islam a la Agencia palestina de Noticias Ramattan, Johnston aparece sobre un fondo negro, sin que se sepa la fecha en la que fue realizada.

En el portal de internet frecuentemente empleado por grupos islamistas Ekhlaas, el secuestrado exhorta a la comunidad internacional a levantar el embargo económico de quince meses impuesto desde el primer Gobierno del actual primer ministro, Ismail Haniye, del Movimiento de la Resistencia Islámica, Hamas. También se refiere en sus declaraciones al sufrimiento de la población de Gaza debido a ese embargo que ha bloqueado la ayuda que en forma de donaciones recibían del exterior.

Johnston, cautivo desde el pasado 12 de marzo, aparece sentado y aparenta, aunque sólo se ve su figura desde la cintura y vestido con jersey rojo. El director de la BBC en Jerusalén, Simon Wilson, dijo a los periodistas que "somos conscientes de esas informaciones y lo estamos investigando". De momento, se ignora si la difusión indica que Johnston, supuestamente cautivo en Gaza, será liberado.

Johnston fue secuestrado hace diez semanas en Gaza por cuatro pistoleros cuando circulaba en su coche por una calle de esa ciudad. El Ejército del Islam dio recientemente primeras señales acerca de Johnston, pero se limitó a exhibir su credencial de prensa y a exigir la liberación de un jeque detenido por la Policía británica antes de ser deportado al Reino de Jordania.

Ese grupo se atribuyó el año pasado, junto con milicianos de Hamas y del los Comités Populares de la Resistencia, la captura del soldado israelí Guilad Shalit -aún cautivo- en una base al sur de Gaza, a la que llegaron por un túnel subterráneo. Hasta ahora en medios de las fuerzas palestinas de seguridad se sospechaba que Johnston estaba en poder de un poderoso clan familiar de Gaza, con una milicia de unos mil hombres; algunas fuentes decían que exigía cinco millones de dólares por su rescate.

Funcionarios de la seguridad palestina, aún sabiendo dónde se encontraba Johnston, no intentaron rescatarlo a petición de las autoridades británicas por temor a que pudiera resultar dañado, según fuentes palestinas. Por este motivo, el Gobierno palestino intentó negociar con los secuestradores.