Cientos de empleados de la BBC aprovecharon la pausa del mediodía para congregarse a las puertas de sus respectivos centros informativos, por todo el Reino Unido. Una movilización, convocada por los sindicatos de prensa, para defender la modélica independencia de la corporación, tras las críticas y comentarios del informe Hutton, publicado la pasada semana.

"El fruto de la investigación nos dejó estupefactos a todos", reconocía Joana Brigge, quien a pesar de su avanzado embarazo y la lluvia que caía, salió a reunirse con sus compañeros en las inmediaciones del centro de televisión de White House, en el Oeste de Londres.

"Para nosotros es muy importante que el Gobierno no pueda ejercer presiones y para la BBC es muy importante mantener su independencia. Es algo que no creo que vaya a cambiar", manifestó Brigge, que trabaja en programas de entretenimiento.

La traición de Hutton

El informe sobre las circunstancias en que murió el científico David Kelly exoneró al Gobierno y sólo halló culpas en la BBC. Las conclusiones llevaron a la dimisión de su presidente, Gavyn Davies, del popular director general, Greg Dyke, y del periodista Andrew Gilligan. "El informe Hutton ha sido una traición", afirmaba Toby Brown, que trabaja en el canal de noticias BBC 24 horas.

Bajo la discreta vigilancia de la policía, que ayudó a colocar unas vallas de protección, los empleados desplegaron pancartas en las que se leía: "Manos fuera", "No toquen a la BBC", "No a las intromisiones políticas", "Defendamos a la BBC". A la misma hora, otro grupo de trabajadores, con similares carteles, recorría el popular Strand londinense. A las oficinas centrales de BBC Radio se acercó el director de cine Ken Loach, quien acusó al Gobierno de tratar de "quebrar la independencia" de la cadena pública. "No creemos que el Gobierno vaya a mantener sus promesas de no interferir en el funcionamiento de la BBC", dijo Loach.

Para el secretario general del Sindicato Nacional de Periodistas, Jeremy Dear, el informe Hutton es "una amenaza real y grave para el periodismo", porque "los profesionales afrontan mayor presión para revelar sus fuentes y se lo pensarán dos veces antes de hablar". En Glasgow, Manchester, Cardiff y Newcastle se registraron protestas similares.