La sangre de Henri Paul ha sido una de las piezas de elucubración para los defensores de que lo ocurrido con Diana fue un asesinato. Los abogados de Al Fayed quisieron realizar análisis independientes de la sangre, pero las autoridades lo denegaron. Cuatro días después del suceso, los investigadores franceses examinaron muestras del pelo y la médula de Paul. El procedimiento fue grabado en vídeo. En agosto del 2002, la familia del chófer presentó una queja por "falsificación de pruebas de peritaje" para forzar la realización de la prueba del ADN. Fue desestimada.