La senadora Cristina Fernández de Kirchner comenzaba ayer a probarse la banda presidencial argentina. Las encuestas a pie de urna otorgaban a la primera dama una victoria en la primera vuelta. Las cifras extraoficiales indicaban anoche que Cristina llegaría al 46% de los votos contra el 23% de su rival, Elisa Carrió. Para evitar la segunda vuelta, Kirchner necesitaba el 45% o el 40% y una distancia de 10 puntos del oponente.

Las elecciones se desarrollaron sin incidentes y marcadas por la apatía. La que ya se mostró feliz al momento de depositar su sufragio en la austral Río Gallegos fue la esposa del presidente, Néstor Kirchner. "Hoy es un día muy especial. Cuando tenía 18 años no podía votar. Formaba parte de una generación en la que nadie podía decidir nada", dijo.

La candidata del Frente para la Victoria comparte su fórmula con el gobernador de la provincia de Mendoza, Julio Cobos, exdirigente de la Unión Cívica Radical que se sumó a la "concertación plural" del Gobierno.

Elisa Carrió, la candidata de la Coalición Cívica, catalizó ayer un voto conservador y recalcitrante a pesar de considerarse una "liberal de izquierda". Carrió ganaría en la capital y en la provincia de Santa Fe. Pero el peronismo arrasó en la provincia de Buenos Aires, donde está el 38% del padrón electoral y donde se concentran los mayores problemas sociales. Allí estuvo la clave del triunfo del Gobierno.

LA SORPRESA El presidente votó en la Patagonia y destacó la "normalidad institucional" de un país que cuando ganó la jefatura del Estado en el 2003 (22% de los votos) empezaba a salir a tientas de una crisis incendiaria y de pronóstico reservado.

Hace cuatro años la derecha más conspicua le auguraba apenas un año de Gobierno. Pero el santacruceño sorprendió a propios y extraños. Descabezó a la cúpula militar, apoyó la anulación de las leyes de impunidad y la renovación del Tribunal Supremo. La recuperación económica de Argentina (un crecimiento del 39% en cuatro años) solo encuentra un antecedente, a principios de siglo, cuando este país era considerado "el granero del mundo".

EXITO ECONOMICO En el periodo 2003-2007 se crearon casi 100.000 pequeñas y medianas empresas. Las exportaciones tuvieron un nivel sin precedentes. Se renegoció buena parte de la deuda externa y la pobreza pasó del 50,9 al 29,9%. Según un estudio de la Sociedad de Estudios Laborales (SEL), desde el primer Gobierno de Juan Perón no se registraba un aumento de empleo y salario como el de los años K , del 49% y 36%, respectivamente.

Para el SEL, "esto puede explicar una parte del nivel de aprobación del Gobierno en los sectores medios, especialmente los medio bajos, más allá de las debilidades institucionales, o de la reprobación por la inseguridad".

Cristina ha capitalizado "los logros" de su esposo. Tuvieron más peso que las denuncias de sobornos, la violencia en la provincia de Santa Cruz, el hallazgo de una bolsa con miles de euros en el lavabo de la ministra de Economía, Felica Miceli, y la maleta de un misterioso venezolano que fue decomisada con elevadas sumas de dinero tras aterrizar en Buenos Aires en un avión alquilado por jerarcas estatales.

En ese sentido, la victoria de Cristina confirma una regla común en Argentina desde que se recuperó la democracia. Los buenos momentos económicos eclipsan los escándalos. Carlos Menem fue reelegido en 1995 con un 18% de paro y acusaciones de corrupción que aún hoy sonrojan. Pero entonces, el peso valía igual que un dólar. Faltaban seis años para la debacle.

Los argentinos renovaron ayer también la mitad de la Cámara de Diputados nacional y un tercio del Senado. El kirchnerismo apostaba por aumentar su hegemonía parlamentaria. El objetivo, de cara al mandato de Cristina, es lograr quórum propio entre los diputados. La transición de mando comenzó de hecho en los últimos meses. Cristina viajó por el mundo como una especie de presidenta electa virtual.

LOS RETOS A la vencedora de ayer le esperan numerosos desafíos. La agenda de Cristina tiene asuntos urgentes, entre ellos la inflación, que para las consultoras privadas puede llegar a ser del 25% a fin de año.

Argentina tuvo este año un invierno crudo y marcado por una crisis energética. El tema volverá a hacerse presente en verano, y puede ser uno de los primeros dolores de cabeza de la futura presidenta.

A pesar de que Néstor Kirchner le dio al venezolano Hugo Chávez un trato preferencial en las relaciones bilaterales, y aunque Cristina viajó una y otra vez a EEUU, es poco probable que revise la política exterior.