Una vez atajado el temporal provocado por el general Stanley McChrystal por sus demoledoras críticas a la Casa Blanca, ahora las miradas vuelven a estar puestas en otro general que hace cuatro años ya sacó a EEUU del atolladero en Irak. Pendiente de ratificación en el Senado, la nominación de David Petraeus ha sido bien recibida en los círculos políticos en Was- hington. Eso sí, siguen habiendo muchos interrogantes abiertos sobre la guerra en Afganistán.

Petraeus se ganó sus credenciales cuando en el 2007 se puso al frente de las tropas en Irak, quizá en el momento más complicado de aquella guerra que no parecía tener fin, y logró salir del abismo con sus tácticas de contrainsurgencia y dotes diplomáticas, ganándose la confianza de la población civil y tejiendo una red de contactos.

LA DIFERENCIA Sin embargo, ayer era unánime la idea de que el héroe de Irak se encontrará con un país y un conflicto muy diferentes. La diferencia fundamental es que hace cuatro años tomó las riendas para salir del entuerto en que se habían metido otros y ahora asume el mando para intentar reconducir una estrategia que él mismo ayudó a delinear junto al general McChrystal.

Los expertos coinciden en que los retos son mayores, y el general lo sabe bien. "Siempre dije que Afganistán será más complicado", reconocía Petraeus a finales del 2008. Y es que ahora deberá lidiar con los 38 países que contribuyen a la ISAF (Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad), según Andrew Exum, del influyente Center for a New American Security. En palabras de Micah Zenko, del Council on Foreign Relations, Estados Unidos se encuentra ante la última "y quizá la mejor oportunidad" para intentar ganar una guerra cada vez más impopular, aunque, en todo caso, "muchos de los principales ingredientes para una victoria están fuera de control" de Petraeus.

Hay quien asegura que los planes del presidente Barack Obama de iniciar la retirada de Afganistán en julio del 2011 quedarán ahora en agua de borrajas. En declaraciones a la prensa a su llegada al Congreso, el general ratificó ayer su apoyo al calendario y a la estrategia del presidente, pero muchos creen que, si llegara a necesitar tropas adicionales, será muy complicado que la Casa Blanca se oponga.

SEGUNDO MANDATO En ese caso, según el estratega militar Thomas Barnett, Obama no tendría más remedio que acabar luchando por un segundo mandato de cara a las elecciones del 2012 siendo un presidente en guerra, algo que, a priori, no estaba en sus planes. "Sería muy difícil que Obama contradijera las indicaciones de Petraeus sin salir perjudicado políticamente", señaló Baernett.

Los principales diarios del país coincidían en resaltar ayer que Petraeus era la persona indicada, un cambio que también apoya Kabul, aunque el presidente afgano, Hamid Karzai, nunca ha escondido su buena relación con McChrystal. Su nominación debe ser confirmada por el Senado la próxima semana, pero no parece que vaya a tener problemas, ya que goza de buena reputación en el Capitolio.