Sebastián Piñera anunció ayer los nombres de los 22 ministros que lo acompañarán a partir del 11 de marzo en el primer Gobierno de derecha que llega a La Moneda a través de las urnas en 51 años. En su ambición de refundar Chile, el magnate aspira a que el Estado funcione con la eficiencia de una empresa, y por eso nombró a 14 independientes. El presidente electo quiere ministros que responderán ante él y no ante los partidos que respaldaron la candidatura. Renovación Nacional (RN), la agrupación de Piñera, y la ultraconservadora Unión Democrática Independiente (UDI) solo contarán con cuatro ministerios cada una.

Piñera designó ministro de Defensa al democristiano Jaime Ravinet, que ocupó ese mismo cargo bajo la presidencia del socialista Ricardo Lagos. Así, no solo envió una señal de que quiere desplazarse gradualmente al centro político. También le provocó un problema a la Concertación Democrática (CD, socialdemócratas y democristianos), que abandona el poder tras 20 años de ejercicio.

El magnate eligió a Rodrigo Hinzpeter (RN), su estratega en los comicios, para Interior. El economista Felipe Larraín estará en Hacienda. Como se esperaba, la secretaría general de la Presidencia quedó en manos del neoliberal Cristián Larroulet, que seguirá la ejecución de las políticas públicas y la inversión. Ya hizo un trabajo similar con el dictador Augusto Pinochet.

"SEGUNDA TRANSICION" Joaquín Lavín, dos veces candidato a presidente por UDI, tendrá la cartera de Educación. Piñera quiere reformular el límite entre política y negocios. Y por eso lleva al Ministerio de Salud a Jaime Mañalich, el director médico de la Clínica Las Condes, de la que es accionista. Exteriores será para Alfredo Moreno, director de Fallabela, una megacadena comercial. El mandatario quiere ser el motor de una "segunda transición" que lleve a Chile a los umbrales del desarrollo.