El dictador chileno Augusto Pinochet decidió festejar sus 88 años con un nuevo y provocador regreso a la escena política, durante el cual se consideró "bueno como un ángel", aseguró sentirse orgulloso de sus acciones --todas realizadas con mucha "meditación"--, y dijo que volvería a repetirlas. Tras un año de mantener un perfil bajo, Pinochet tuvo una sorprendente aparición en el canal 22 de Miami, el más anticastrista de Florida, la madrugada del martes.

"¿A quién tengo que pedirle perdón? Son ellos los que me tienen que pedir perdón a mí. Ellos, los marxistas", se jactó. El dictador se salvó de un juicio por secuestros y asesinatos al padecer "demencia senil".

Pinochet volvió a criticar a los jueces Baltasar Garzón (España) y Juan Guzmán (Chile), que intentaron someterlo a los tribunales. "Garzón es otro Guzmán. La justicia la manejan, haciéndose el favor ellos. Si ellos juzgan a una persona es porque les sirve para subir. No son justos". Y como si les hablara a ellos, dijo: "Sólo espero justicia divina".

RECHAZO A EMITIR Para el dictador, las 4.000 víctimas que dejó su paso por el poder son una invención de sus enemigos. "A los manifestantes que protestan por los desaparecidos les diría que muchas veces esos muertos aparecieron después vivos", añadió. La entrevista de una hora no fue emitida por los canales chilenos, que se negaron a pagar los 20.000 dólares (16.800 euros) pedidos por Miami. Pero la voz firme de Pinochet se escuchó ayer por la mañana en las radios de Santiago, que reprodujeron sus declaraciones más irritantes.

El ministro del Interior, José Miguel Insulza, las calificó de "patéticas" y "terribles", teniendo en cuenta que hace dos días se conoció que unos 400 opositores al régimen fueron arrojados al mar desde helicópteros. "Sí, Pinochet es en realidad, un ángel, pero de la muerte", afirmó Lorena Pizarro, presidenta de la Agrupación de Familiares de Desaparecidos, para la que quedó otra vez demostrado que el dictador "no es un viejo senil".