Los chilenos fueron muy temprano a votar para evitar las horas de intenso calor. El presidente, Ricardo Lagos, hizo lo mismo. A eso de las once de la mañana, abandonó el palacio de La Moneda y caminó al Instituto Superior de Comercio (Insuc).

Al entrar, lo recibió una ovación. "En democracia, cada cuatro años, todos somos iguales, y con un lápiz y un papel dibujamos en la papeleta el país que queremos", dijo Lagos, quien fue en busca de la mesa 22. Tuvo que esperar 15 minutos.

Minutos antes, había votado en el Insuc Sebastián Piñera, el magnate del derechista RN. Cuando las cámaras lo enfocaron, intentó ayudar a una anciana en silla de ruedas, pero su esposo se lo impidió con un gesto de disgusto.

Augusto Pinochet también debería haber ido ayer al Insuc. Solía votar en la mesa número uno. Pinochet sigue teniendo como dirección ante la junta electoral el palacio de La Moneda, como si fuera presidente. Pero está bajo arresto domiciliario, acusado de ocultar su fortuna y de participar en el asesinato de sus opositores, y no puede votar. Las autoridades de la mesa uno debieron dejar constancia en un acta de que Pinochet no iría. "A su manera está muerto: es un cadáver político", dijo Rodrigo Avila, un historiador socialista.