Bolivia empieza a prepararse para la confrontación electoral entre el presidente del país, Evo Morales, y sus principales adversarios políticos. Para la oposición, la alarma ha saltado después de que el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) haya habilitado a Morales para presentarse a las elecciones presidenciales del 2019. Los seguidores del exdirigente cocalero han saludado la decisión, mientras que la oposición no ha tardado en ver en Bolivia el espejo venezolano. Morales lleva en el poder desde el 2009.

David Ramos, diputado del gubernamental MAS (Movimiento al Socialismo), considera que el TCP ha actuado de pleno derecho. «La mayoría está con nosotros porque somos el partido de la gente sufrida, de los trabajadores y seguiremos yendo adelante», dijo.

«El TCP y el MAS han asesinado la democracia. Hoy termina el régimen democrático en nuestro país y se instaura un nuevo régimen al estilo venezolano-cubano», afirmó, por su lado, el senador de la alianza opositora Unidad Demócrata (UD) en el Senado, Edwin Rodríguez. «No hay independencia de poderes, hay hegemonía, aquí todo órgano del Estado tiene que hacer lo que al MAS le da la gana», denunció Wilson Santamaría, otro dirigente de la UD.

La oposición no se privó de recordar que según una reciente encuesta de la firma Mercados y Muestras, un 75% de los entrevistados rechazó la reelección presidencial. El MAS considera que, con su dictamen, el TPC trata de corregir el efecto negativo que tuvo sobre aquella consulta una falsa campaña puesta en marcha para desacreditar al presidente.

Unas dos semanas antes del referéndum, el productor Carlos Valverde dijo tener una «primicia»: Morales y la joven empresaria Gabriela Zapata eran padres de un hijo. Valverde mostró un certificado de nacimiento con el nombre de Fidel Ernesto Morales Zapata, nacido en La Paz el 30 de abril de 2007.

El presidente pidió conocer al supuesto pequeño que Zapata escondía. El culebrón tuvo un efecto negativo para el MAS, porque el presidente fue derrotado en las urnas, pero el presunto hijo de Morales nunca apareció. La empresaria terminó en la cárcel por aprovechar su vínculo con el presidente para hacer negocios con el Estado y en nombre de firmas chinas.

En el 2016, la jueza Jacqueline Rada declaró la «inexistencia física del niño». El productor admitió que «el hijo de Evo Morales con Gabriela Zapata, efectivamente, no habría nacido».