Rusia se opuso ayer a la virtual independencia que propone para la provincia serbia de Kosovo el enviado especial de Naciones Unidas, Martti Ahtissari, mientras que la OTAN expresó su respaldo a las gestiones del expresidente finlandés. Ahtissari expuso en Viena al denominado Grupo de Contacto (EEUU, Rusia, Francia, Alemania, Italia y Gran Bretaña) su propuesta para el estatuto final de Kosovo, con una soberanía parcial, pero con una especial protección de los derechos de la minoría serbia. En la práctica, el plan implica un proceso hacia una virtual independencia del territorio de mayoría albanesa.

Durante un periodo transitorio, la Unión Europea (UE) se responsabilizaría del desarrollo institucional y de la formación de las fuerzas de seguridad, mientras que la OTAN mantendría su presencia militar de 15.000 soldados para garantizar la estabilidad y la seguridad de todos sus habitantes. Ahtissari tiene previsto presentar su propuesta detallada a Belgrado y Pristina el próximo 2 de febrero.

SIN GOBIERNO EN BELGRADO Rusia reclamó en la reunión de Viena a Ahtissari que aplace la presentación del plan hasta que se haya constituido en Serbia un nuevo Gobierno, fruto de las elecciones del pasado 21 de enero. Pero ni la UE ni la OTAN no se han mostrado favorables a ese retraso.

El Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la Alianza Atlántica respaldó totalmente las gestiones de Ahtissari, pero eludió pronunciarse claramente sobre el contenido de su propuesta. La OTAN reafirmó su compromiso de garantizar la seguridad de todos los habitantes de Kosovo, sea cual sea su etnia, y aseguró que está preparada para hacer frente a cualquier eventualidad.

España defendió durante el Consejo Atlántico que el estatuto final de Kosovo "debe ser fruto de un acuerdo mutuamente aceptado por todas las partes", incluidos Belgrado y la minoría serbia, porque en caso contrario peligraría la estabilidad de toda la región. En esta delicada etapa, España considera que la UE y la OTAN deben adoptar una política de acercamiento que evite que Serbia pueda sentirse aislada de la comunidad internacional.