Al hombre que en la campaña electoral se dirigió a la "Francia que madruga", lo que se le ha levantado temprano son las polémicas. Tres días después de su victoria y a una semana de su toma de posesión, Nicolas Sarkozy ha adelantado su regreso a Francia ante la polémica desatada por sus "lujosas" vacaciones en Malta pagadas por el millonario Vincent Bolloré. La izquierda habla de "indecencia, arrogancia, insulto, falta de gusto" o "vacaciones esponsorizadas", mientras la prensa ironiza sobre el "candidato del pueblo" y de la "Francia que sufre".

El estilo Sarkozy se exhibió ya la noche de la victoria electoral. Además de cenar junto al residente fiscal suizo Johnny Halliday, pasó la noche con su familia en el Hotel Fouquet´s de los Campos Elíseos, en el que la habitación más barata cuesta 577 euros por noche y la más cara 2.590 euros. Desde ahí, Sarkozy, su esposa Cécilia, el hijo de ambos, Louis, y algunos amigos viajaron en un avión privado Falcon 900 a La Valeta (Malta), con un coste, ida y vuelta, de unos 50.000 euros. En Malta embarcaron en el yate Paloma --60 metros de eslora, 12 habitaciones, yacusi...--, que se puede alquilar por entre 170.000 y 190.000 euros a la semana. El Falcon y el yate pertenecen a Vincent Bolloré, tercera fortuna de Francia, con intereses en banca, industria y medios de comunicación.

REGALO DE 100.000 EUROS En un comunicado publicado ayer por Le Monde --socio de Bolloré--, el millonario dice que "ha invitado a Sarkozy y a su familia a título personal". El regalo cuesta 100.000 euros por dos días.

Sarkozy declaró desde Malta que no tenía "la intención de ocultarse ni de mentir ni de excusarse" porque no veía "dónde estaba la polémica", aseguró que su viaje no iba "a costar un céntimo a los contribuyentes" y destacó que Bolloré "jamás ha trabajado para el Estado".

El PS o el Partido Comunista no cuestionan su derecho al descanso. "El problema es el conflicto de intereses", declaró la exministra de Justicia Elisabeth Guigou, quien prosiguió: por "un regalo semejante, ¿los empresarios no pedirán contrapartidas?".

Al margen de la polémica por las vacaciones, ayer saltó a la palestra otro tema. Y es que según Fedele Confalonieri, presidente de Mediaset, el grupo de televisión privada de Silvio Berlusconi, Sarkozy pidió asesoramiento sobre comunicación política al exministro italiano.