El regalo de 3.400 millones de euros hecho por Italia a Libia en agosto no ha sido suficiente para frenar las oleadas de inmigrantes sin papeles. Desde las costas libias siguen llegando personas hasta la isla de Lampedusa y a Malta.

Desde enero han desembarcado en aquella isla italiana casi 21.000 inmigrantes irregulares, un 55% más que en el 2007 cuando gobernaba un Ejecutivo progresista. "Representa el 99,99% de los inmigrantes que entran en Italia", ha comentado el ministro de Interior, Roberto Maroni. Desde los micrófonos de Radio Padania, de la Liga del Norte, Maroni dijo ayer que "una delegación está discutiendo con las autoridades libias" por lo que se sentía "optimista". "Si es verdad, como aseguran los libios, que a partir de enero empezarán las patrullas mixtas, podremos decir adiós a los desembarcos", explicó.