El Reino Unido puede sufrir nuevos ataques suicidas y la City de Londres, el mayor mercado financiero de Europa, ha recibido orden de blindarse. La policía ha proporcionado, a empresas del barrio de la Bolsa y Canary Wharf, una lista con nuevas medidas para prevenir atentados. Las recomendaciones incluyen el aumento de controles de los visitantes a la entrada y en los aparcamientos de las entidades, así como la reducción de los puntos de entrada, para maximizar la vigilancia. También se recomienda evitar aparcar vehículos a menos de 30 metros de los edificios.

El Ministerio de Interior británico anunció ayer su intención de crear un nuevo delito para castigar a quiénes "den o reciban entrenamiento en el uso de sustancias peligrosas", o participen en "actos preparatorios de terrorismo". Según datos de las fuerzas de seguridad, unos 3.000 extremistas radicales, residentes en el Reino Unido, habrían recibido entrenamiento en campos de Pakistán o Afganistán.

El primer ministro, Tony Blair, prepara nuevas disposiciones para expulsar del país a los clérigos radicales que pregonan el odio a Occidente y la guerra santa. El pasado año, el Reino Unido impidió la entrada de 14 extranjeros y ahora busca excluir a todos aquellos cuya entrada haya sido prohibida en Estados Unidos o en otros países.

Familiares y amigos de algunos de los terroristas del 7-J han aludido al "lavado de cerebro" que les habría llevado a cometer tal acción. La familia del más joven, Hasib Mir Hussain, de 18 años, dijo ayer que, de "haber sabido de sus actividades, hubiéramos hecho todo lo posible para detenerle". La madre de Hussain llamó a la policía después del ataque, denunciando su desaparición, sin saber que el joven había perecido al hacer estallar la bomba que llevaba en el autobús. La familia parece haber sido de gran ayuda a la policía.

Ayer se supo que otro de los terroristas, el maestro Mohammad Sidique Khan, fue invitado en julio del 2004 a visitar el Parlamento por un diputado laborista. Policías y líderes musulmanes celebran este fin de semana una reunión para estudiar cómo erradicar el extremismo.