Mientras 2.000 policías palestinos completaron ayer su despliegue en el norte de la franja de Gaza, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbás (alias Abú Mazen ), anunció que las fuerzas de la ANP se desplegarán en dos días en el sur de la franja, en una nueva muestra de que los acuerdos de seguridad firmados entre palestinos e israelís se mantienen firmes.

Por segundo día consecutivo, ayer Hamás no disparó cohetes artesanales Qasam contra Israel. Fuentes del Gobierno de Ariel Sharon atribuyeron esta calma a las negociaciones que Abú Mazen lleva a cabo en Gaza para lograr una tregua con las facciones armadas y a la celebración del Aid al Adha , la principal festividad musulmana.

En estas circunstancias, hay espacio para los gestos conciliadores: Sharon felicitó las fiestas a Abú Mazen, y su número dos, Shimon Peres, calificó de "impresionantes" los primeros pasos del nuevo presidente palestino. Israel, además, abrió parcialmente el paso fronterizo de Rafah (sur de Gaza), cerrado desde el pasado diciembre, y en el que estaban atrapados miles de palestinos.

TREGUA DIFICIL Menos avances aparentes tienen los esfuerzos de Abú Mazen para lograr una tregua, aunque fuentes palestinas insisten en que el proceso está encarrilado. En una señal de que el acuerdo puede estar cerca, Hamás distribuyó ayer un documento interno de trabajo en el que reconoce las fronteras de 1967 --lo que equivale a reconocer de facto a Israel-- y adopta como propios los objetivos de Al Fatá: un Estado palestino con esas fronteras y Jerusalén Este como capital.