La Policía Militar de Río de Janeiro exigió ayer la rendición incondicional de los narcotraficantes escondidos en Complejo del Alemán para evitar una intervención en la gigantesca favela carioca que, presumiblemente, tendría un alto coste humano.

"Los criminales todavía tienen la posibilidad de rendirse, deben entregarse mientras haya tiempo; los que quieran deben hacerlo ahora, dejar sus armas y salir con las manos en la cabeza", señaló el jefe de policía Mario Sergio Duarte. Los cabecillas de esas bandas pidieron la presencia de José Junior, conocido mediador en conflictos.

El cerco alrededor de la favela del norte de la ciudad se estableció el pasado viernes. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, aseguró que las Fuerzas Armadas que participan en la operación, subordinadas a la policía, no intervendrán en las detenciones. La ola de violencia desatada hace una semana ha dejado hasta ahora 35 muertos, la mayoría de ellos supuestos narcotraficantes, decenas de detenidos y más de un centenar de vehículos quemados por los delincuentes en distintos puntos de la ciudad y su área metropolitana.