El ministerio del Interior iraquí anunció ayer el hallazgo de los cadáveres de 20 personas que presentaban impactos de bala y que fueron encontrados en varios puntos de la capital iraquí. Algunos de los cuerpos, localizados por patrullas de la policía, presentaban señales de haber sido torturados. Se elevan así a 34 los cadáveres encontrados en 48 horas.

La mayoría de las víctimas fueron secuestradas, torturadas y asesinadas por escuadrones de la muerte chiís y sunís, enfrentados en una ola de violencia sectaria desde el atentado contra un templo chií en Samarra el pasado febrero.

Además, ayer, la violencia se cobró la vida uno de los principales dirigentes chií, Alí Al Adad, dirigente de la Asamblea Suprema para la Revolución Islámica en Irak (ASRII), acribillado a tiros cuando se desplazaba en coche por Bagdad.

Mientras, el asesinato de profesores continúa. Ayer, un grupo de hombres armados acribilló a Kazim Ali, un profesor en la Facultad de Tecnología de Bagdad, y a su esposa, Baida Abid, una doctora. Además, otro grupo de pistoleros asesinó a un dentista y el impacto de un mortero causó la muerte a un niño en la capital.

Mientras, un guardia de seguridad británico murió en el sur de Irak en un enfrentamiento con la policía aduanera iraquí.