La marea naranja de los antievacuación de Gaza no pudo con el dique azul y verde de las fuerzas de seguridad. Miles de manifestantes contrarios al desalojo de los asentamientos de Gaza trataron ayer de marchar hacia las colonias desde la localidad de Kfar Maimon, pero las fuerzas de seguridad israelís --se desplegaron hasta 20.000-- lo impidieron. Al cierre de esta edición, los manifestantes continuaban concentrados cara a cara con el cordón policial, mientras los líderes ultras negociaban una salida a la situación con las autoridades.

Los manifestantes empezaron a concentrarse en la puerta de Kfar Maimon poco antes de las ocho de la tarde, encabezados por rabinos y líderes de los colonos. Rodeando esta localidad agrícola donde los manifestantes se instalaron el pasado lunes, se levantaba la cadena humana de policías y soldados.

INCERTIDUMBRE Durante todo el día, el ambiente en Kfar Maimon fue de incertidumbre. A medida que los medios israelís difundían que los líderes de los colonos habían desconvocado la protesta, los representantes de los manifestantes insistían en que la marcha se llevaría a cabo. Durante la jornada, protestantes y fuerzas de seguridad compartieron comida, agua y cigarros, observándose mutuamente y sufriendo el calor. Por la tarde, el Consejo Yesha --que representa a los colonos-- anunció que la marcha se llevaría a cabo y efectuó numerosos llamamientos a no usar la violencia. De hecho, la mayoría de los manifestantes rezaban y cantaban ante los agentes durante la concentración.

Poco antes del inicio de la manifestación, la ultraderecha sufrió su último golpe político en la Knesset, que por 69 votos en contra, 41 a favor y dos abstenciones rechazó una propuesta para retrasar el desalojo de Gaza. "Hoy hemos tenido otra prueba de que el Gobierno, el parlamento y la población israelí apoyan la retirada", dijo un satisfecho Ariel Sharon.