Un mes después de la batalla campal que ensangrentó los barrios pobres de la capital de Jamaica, Kingston, y tras semanas de búsqueda, la policía de la isla caribeña detuvo por fin ayer, en un control en la autopista, al mafioso narcotraficante Christopher Dudus Coke, cuya extradición exigía EEUU. Las autoridades tuvieron que hacer nuevas llamadas a la calma y trasladar al capo por aire a un lugar secreto, ante la inmediata movilización de sus seguidores, que lo idolatran como un Cristo o un Robin Hood caribeño.

Parece que Dudus había decidido entregarse, aunque directamente a EEUU. Cuando la policía lo detuvo en la autopista, en la zona de Portmore, a media hora de Kingston, Coke iba en compañía del sacerdote Al Miller, mediador en el conflicto que desató su intento de captura. Y Miller, que ya jugó un papel importante en la entrega de dos hermanos de Dudus , señaló que lo trasladaba al consulado estadounidense en Liguanea. "Quería adelantarse al proceso de extradición e ir a juicio en EEUU", afirmó el sacerdote.

RASTREO EXHAUSTIVO Para los jamaicanos estaba claro, en cualquier caso, que Dudus eludió durante un mes a la policía, que lo rastreaba desde su feudo del barrio de Tivoli Gardens hasta las casas de los ricos y políticos con los que se relacionaba, porque temía sufrir el mismo fin que su padre, Lester Coke, alias Jim Brown, muerto en 1992 en un sospechoso incendio en la cárcel en la que esperaba ser extraditado a EEUU. Como recuerdan mu- chos en la isla, "Jim Brown sabía demasiado", como ahora su heredero, que consolidó mafia, negocios y relaciones políticas.

Al correr la noticia de la detención de Christopher Coke, la gente empezó a rodear la estación de policía. Un helicóptero militar lo trasladó entonces a un lugar secreto, mientras la policía declaraba la alerta máxima, ante el temor de una nueva revuelta. Como la que en mayo dejó 74 muertos, entre ellos dos agentes y un soldado, en los barrios de Tivoli Gardens y West Kingston, donde el capo, apodado también El Presidente, es mucho más que un benefactor social.

LA LEY Y EL ORDEN El jefe de la policía, Owen Ellington, pidió "a las familias, amigos y simpatizantes de Coke" que mantuvieran la calma "para permitir que la ley siga su curso". Ellington añadió: "Continuaremos los esfuerzos para derrotar al crimen organizado y restablecer la ley y el orden".

No obstante, tanto en las alturas de las mansiones blancas con piscina como en los barrios pobres del oeste de Kingston, se ponía en duda que la detención de Dudus Coke vaya a afectar la relación histórica entre los partidos políticos y las bandas armadas de Jamaica.