El presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, no tiene autorización de la policía de Nueva York para visitar la próxima semana la Zona Cero, el lugar donde estaban las Torres Gemelas atacadas el 11 de septiembre del 2001 por terroristas de Al Qaeda, según ha informado esa fuerza de seguridad.

El portavoz de la policía neoyorquina, Paul Browne, ha dicho mediante un comunicado de prensa que "el área está cerrada a los visitantes debido a los trabajos de construcción", pero también ha especificado que la petición del presidente de Irán "sería también negada" por asuntos de seguridad.

Ahmadineyad, cuyo país no tiene relaciones diplomáticas con EEUU desde hace más de dos décadas, había solicitado visitar el área de la Zona Cero durante su visita a Nueva York con motivo de su participación en la 62 Asamblea General de las Naciones Unidas que comienza el próximo martes.

El caso de la embajada de EEUU en Teherán

La demanda del mandatario iraní ha sido descalificada también por dos de los aspirantes a candidatos presidenciales en el 2008 y contrincantes, como la senadora demócrata Hillary Rodham Clinton, y el exalcalde de la Gran Manzana Rudy Giulinai.

Clinton ha calificado en un comunicado de "inaceptable" la petición de Ahmadineyad, de quien dice que "rechaza renunciar y poner fin al apoyo de su propio país al terrorismo". Giuliani, por su parte, ha considerado "ultrajante" la petición del gobernante iraní para visitar un lugar que "es sagrado para los estadounidenses".

El aspirante republicano ha recordado en su comunicado que el presidente de Irán "ha amenazado a Estados Unidos e Israel, acoge al hijo de (Osama) Bin Laden y a otros líderes de Al Qaeda, está enviando armas a los insurgentes iraquís y está desarrollando armamento nuclear".

Irán es uno de los países, junto con Irak y Corea del Norte, que el presidente de EEUU, George Bush, colocó el en el 2002 en el llamado "eje del mal". EEUU e Irán no tienen relaciones desde diciembre de 1979, fecha en la que militantes islámicos retuvieron como rehenes al personal de la embajada estadounidense en Teherán durante 444 días.