La policía sueca confirmó ayer que los técnicos de los laboratorios policiales descifraron el ADN del presunto asesino de la ministra Anna Lindh. Sin embargo, de nada les ha servido porque continúan sin saber de quién se trata porque, después de compararlo con los perfiles genéticos de todas las personas que figuran en los registros policiales, el ADN del asesino no corresponde con el de ninguna persona que tenga antecedentes criminales.

El hombre que busca la policía sueca es un joven de unos 30 años, alto, de aspecto nórdico, de complexión fuerte y fornido. Es el mismo que aparece en las fotos obtenidas por una de las cámaras de vigilancia de los almacenes donde se cometió el asesinato. Estas fotos han sido publicadas en todos los medios del país y, a pesar de todo, la policía volvió a confirmar ayer que no sabe quién es. "No hemos avanzado más", confirmó Leif Jennekvist, jefe de la brigada de investigación del caso Lindh.

La policía expresó su sorpresa porque nadie conociera a esa persona y el inspector jefe de la brigada insistió en que el hombre que aparece en las fotos no es necesariamente el asesino. "Pero nos gustaría ponernos en contacto con él", repitió Jennekvist.

La actuación de la policía sueca se concentraba hasta ahora en Estocolmo y alrededores de la capital. Sin embargo, seis días después del crimen, la policía empieza a considerar la posibilidad de que el agresor haya huido.