Las fuerzas políticas de Irlanda del Norte han respondido al atentado del pasado sábado adoptando un frente común para resistir a una posible escalada de la violencia. El asesinato de dos soldados a manos de los republicanos disidentes del IRA Auténtico hace temer un efecto dominó, que podría transformar el mortal incidente en una crisis política.

Horas después de conocerse esta medida, un agente de policía fue asesinado de un disparo anoche en Craigavon, en Irlanda del Norte, anunció un portavoz policial. "Al menos un policía ha sido trasladado al hospital después de ser víctima de un tiroteo", añadió, sin preciar más detalles sobre si se trata de un suceso o un atentado. Al cierre de esta edición se desconocían más datos y los hechos.

Precisamente, antes de conocerse el crimen, el ministro principal y líder del Partido Democrático del Ulster, Peter Robinson, hizo un llamamiento a que nadie trate de responder al ataque, una posibilidad muy tentadora para algunas bandas lealistas. Robinson, acompañado del viceprimer ministro, Martin McGuinness, del Sinn Féin, se reunió ayer en el castillo de Stormont con el primer ministro británico, Gordon Brown, quien se había desplazado a Belfast.

"Lo que he visto esta mañana es la unidad del pueblo de Irlanda del Norte y la unidad de los partidos políticos", señaló Brown al término de la entrevista. "Ellos quieren, como yo, lanzar al mundo el mensaje de que el proceso político es inquebrantable", añadió el premier.

Brown comenzó su visita desplazándose a la base militar de Massereene, en el condado de Antrim, donde tuvo lugar el atentado. Acompañado por el jefe de la policía de Irlanda del Norte, Hugh Orde, celebró una minicumbre de urgencia con los representantes de las fuerzas del Ejército para revisar las medidas de seguridad. El reforzamiento de la vigilancia y los controles es inevitable, pero Orde ha dejado claro que los soldados no volverán a patrullar por las calles del Ulster. "La seguridad está en manos de la policía de Irlanda del Norte y así es como seguirá siendo", afirmó.

SIN RESPALDO POPULAR Gerry Adams, líder del Sinn Féin, insistió ayer en que los disidentes del IRA Auténtico no tienen respaldo entre la población y pidió a los republicanos que colaboren con la policía para dar con los asesinos. Pero Adams tildó de "enorme error" el despliegue de las unidades de vigilancia especial del Ejército británico para espiar las actividades de los disidentes republicanos. Esa decisión, confirmada el viernes pasado por Orde, pudo, según algunos observadores, desencadenar el atentado del sábado.

En la Cámara de los Comunes, el ministro para Irlanda del Norte, Shaun Woodward, reveló que los terroristas habían disparado más de 60 balas, intentando llevar a cabo "una masacre". La policía estudia las grabaciones de las cámaras de vigilancia de la base militar, que pueden contener pruebas vitales.