Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) intentaban alcanzar anoche un acuerdo sobre el contenido del nuevo tratado para reformar las instituciones comunitarias y superar la crisis política desencadenada por el rechazo en referendo, hace dos años, del proyecto de Constitución europea por franceses y holandeses.

La última propuesta de compromiso de la presidencia alemana de la UE preservaba la esencia del proyecto de Constitución, pero incluía algunas concesiones significativas a Polonia y Gran Bretaña para obtener su respaldo. Sin embargo, la amplitud de las exigencias polacas sobre el sistema de voto en el Consejo de Ministros de la UE, pieza central de la reforma institucional, mantenían bloqueada la negociación al cierre de esta edición.

La segunda jornada de la cumbre europea fue una agotadora sucesión de reuniones bilaterales de la presidencia semestral alemana de la UE con Polonia, Gran Bretaña, Holanda y la República Checa, que eran los cuatro países que planteaban objeciones a la propuesta de compromiso inicial. La cancillera alemana y presidenta de turno de la UE, Angela Merkel, tuvo que concentrar sobre todo sus esfuerzos negociadores con Gran Bretaña y de forma especial con Polonia. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, colaboró estrechamente con Merkel en las negociaciones bilaterales más duras con Polonia, para mostrar la vitalidad del eje franco-alemán.

CAMBIO DE DENOMINACION El primer ministro británico, Tony Blair, levantó sus reservas sobre la creación del futuro ministro europeo de Asuntos Exteriores, después de que, a propuesta española, los países más europeístas aceptaran sustituir la denominación de ministro por la de Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad de la UE, según fuentes diplomáticas. Este es el mismo nombre oficial del cargo que desempeña en la actualidad Javier Solana, pero con el nuevo tratado dispondría de competencias reforzadas.

Blair también aceptó que la nueva figura presida el Consejo de Ministros de Exteriores de la UE y sea al mismo tiempo vicepresidente de la Comisión Europea para poder utilizar su red internacional de oficinas y funcionarios al servicio de una política exterior europea reforzada, según las citadas fuentes. Blair insistió en que el reforzamiento de la política y de la actuación exterior de la UE no debería conducir en el futuro bajo ningún concepto a la pérdida del puesto permanente británico en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, ni en ninguna otra organización internacional.

La presidencia alemana ofreció, además, a Gran Bretaña un protocolo especial sobre la Carta de Derechos Fundamentales que le permitirá autoexcluirse del carácter vinculante de la misma en el futuro tratado. Blair quiere evitar a toda costa que esa carta que aceptan todos los demás países pueda obligar al Gobierno británico a mejorar los derechos laborales y la protección de los trabajadores de su país.

NEGATIVA TAJANTE El mayor obstáculo en las negociaciones durante toda la jornada lo constituyó el ultraconservador y euroescéptico presidente polaco, Lech Kaczynski. Después de rechazar tajantemente el sistema de voto por doble mayoría de países (55% del total) y de población (65%), Polonia comenzó a mostrarse dispuesta a aceptarlo bajo determinadas condiciones. Sin embargo, el presidente polaco, tras consultar con su hermano gemelo, el primer ministro Jaroslaw Kaczynski, se opuso a la última oferta de Merkel, que consistía en retrasar el nuevo sistema de voto hasta el 2014. Esto empantanó de nuevo las negociaciones de la cumbre.